Estas cumbres al ser atisbadas por la razón y comprendidas por el intelecto no pueden considerarse revoluciones en el carácter, significan mas bien aportes del trascendente. La voluntad de Dios y nuestro libre albedrío hacen de la vida un itinerario muy dulce, pero también muy amargo, hemos pues estar pendientes de esto.
Sea pues cualquiera nuestro estado de avance en la vida, hemos de estar preparados para la altura o profundidad de nuestro camino, ya que al recorrerlo somos directos artífices del progreso de este. Así donde estemos debemos pues pertrechar nuestra vida para lograr continuar y caminar con los dos pies que nos permiten mover nuestro intelecto.
Sean así nuestros sentimientos, conocimiento y experiencias nuestro pertrecho y nuestras piernas el trascendente y la razón. ¿Donde queda pues lo bueno, malo y posible? son la mochila que transporta, la cual es mas o menos practica para el itinerario que continuamos todos...El mundo necesita personas que se apasionen y que trabajen en ello.
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